Uno de mis eventos favoritos de las fiestas de la vendimia que año con año organiza Provino es el Festival de las Conchas y el Vino Nuevo. Siempre llega justo cuando el clima empieza a ponerse sabroso y se antoja pasar tiempo bajo el sol y la brisa del mar. Este año no fue la excepción, llegamos a la terraza del hotel Coral y Marina con el sol de mediodía a probar todas las delicias gastronómicas que se preparan para acompañar los más de 160 nuevos vinos —fresquitos, algunos incluso todavía sin etiqueta— que las 84 diferentes vinícolas presentan. Aunque en su mayoría son blancos, rosados y espumosos, también se presentan tintos jóvenes.
Toda la cocina gira alrededor de las invitadas especiales, las conchas: ostiones, mejillones (choros, como le decimos por acá) y almeja chione. El pabellón de productores, con alrededor de 20 empresas en total, generalmente nos las ofrecen frescas o con mínima intervención de algún cítrico o una salsita coqueta para que el sabor de la concha sea lo que más resalte. Algunos vinos que iban perfecto con el umami ligero de la cocina fresca fueron Umbral, un blanco jóven de Chateau Camou, Uriel rosado de Adobe Guadalupe, el recién embotellado Sauvignon Blanc de Lomita, Braile el espumoso de Bajalupano o el Pet Nat de Clos de Tres Cantos.
Los 60 chefs y restaurantes invitados de Ensenada, Valle de Guadalupe, Ciudad de México, Tijuana y Mexicali generalmente presentan platillos más complejos, con mucho ingrediente local. Un producto del puerto que en los últimos años ha ganado mucha popularidad, y además es de mis favoritos, son las algas, siempre me sorprende su versatilidad y variedad, en esta ocasión las vimos en sal, de adorno, en chicharrón, y en ensalada.
Al guardarse el sol los productores dejan de servir, y empieza la fiesta y la convivencia, todos bien comidos y bebidos, listos para iniciar el ciclo de eventos de las vendimias de este año.