El pasado sábado 27 de julio se llevó a cabo “Chin-Chin, Yum-Yum vol.2” en Bajalupano, una sesión de vino, comida y cerveza artesanal. El nombre del evento es una alegoría al choque de las copas y a la deliciosa gastronomía de cada edición. El concepto es ofrecer un espacio para propuestas gastronómicas locales o foráneas, en donde la casa invita algunos proyectos tanto de cocina como de bebida (cerveceros, destilados, salsas, etc.), sin olvidar la buena música para que la experiencia se viva a través de todos los sentidos.
Jorge García, el encargado de enoturismo de la Bodega, comentó que la idea de este evento era hacer una tarde de industria para presentar a los colegas sus etiquetas más recientes y promover la cocina de Pardela, su restaurante, además de tener proyectos invitados, pero quisieron extenderlo para que estuviera al alcance de toda la gente que visita el valle.
Para esa tarde los invitados fueron ‘emat a cargo del Chef Eduardo Salgado, nuestros amigos de Nightmare Brewery y Poción, una salsa negra de 7 chiles sin gluten. Entre los platillos que se sirvieron fue un guacamole con chicharrón de pork belly maridado con Braille, un espumoso súper fresco, y… qué cosa… también se probó una deliciosa tostada de jurel y paté de mejillones que se maridó perfectamente con el Sauvignon Blanc de la casa; así como un sope de chorizo de camarón con pipián verde con una Mexican Light Lager de Nightmare y una quesadilla de marlin ahumado bañado en salsa de chorizo. Una combinación de sabores que se acompañaron a la perfección con vino espumoso, blanco y cheve… algo bien.
Bajalupano nos presentó un Sauvignon Blanc 2022, su Grenache 2021 y dos tintos: Syrah 2017 y Cabernet Sauvignon 2019, y su Brut Nature: Braille 2019 que en esta temporada ¡cae muy bien con todo! Nightmare Brewery nos trajo su cheve Medium (Hazy Session IPA), Pócima (Cobbler con Chabacano), Humilde (Mexican Light Lager) y Reina Escudera (Amber con Chai).
Los beats estuvieron a cargo de Enrique Muraota, quien prendió a todos los asistentes al momento en que las cumbias se empezaron a escuchar. Definitivamente una tarde de verano totalmente ensenadense en el Valle: con vino, cheve, mariscos, antojitos, musiquita y agusticidad. Gracias verano, gracias Valle de Guadalupe, gracias Bajalupano…