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Aún me gusta conocer lugares nuevos y aprender de mi lugar de origen

Eso lo descubrí este fin de semana: visité el Valle de Guadalupe y recorrí algunos de sus destinos, algo así como ser turista en tu propia región. Estar al aire libre me permitió relajarme y pasarla bien, sin olvidarme, por supuesto, de los rituales sanitarios que se practican desde que empezó el confinamiento

 


La Ruta del Vino es una región productora y turística reconocida a nivel internacional, no lo digo yo lo dice la revista Wine Enthusiast en su lista de los 10 mejores destinos de viajes enológicos, en la que el Valle de Guadalupe se ubica en la segunda posición. Los ensenadenses sabemos que el valle se ha convertido en un atractivo que nos gusta presumir y compartir con los visitantes. Mientras la zona continúa ampliando su oferta de servicios turísticos, el impacto que estas actividades tienen sobre el delicado equilibrio natural del valle está poniendo en riesgo el abasto suficiente de agua tanto para los pobladores del lugar, como para la agroindustria del vino y el turismo. En una región semiárida como el noroeste de Baja California, el agua es escasa y todos los que en ella vivimos, personas y otros seres vivos como las plantas y los animales, tenemos que adaptar nuestro día a día para convivir juntos con lo que tenemos disponible de este recurso.

 

Este invierno ha llovido poco, sin embargo, mientras recorría con la mirada el paisaje de la carretera a San Antonio de las Minas pude observar que esa poca lluvia fue suficiente para que los cerros se cubrieran de un vivo color verde. Y así como las plantas de los cerros aprovechan tanto como pueden de la lluvia, me di cuenta que en los lugares que conocí en este paseo también se busca sacar provecho al máximo de los recursos que tienen disponibles: de acuerdo a sus posibilidades adaptan sus actividades para hacer rendir el agua o bien reutilizar materiales de manera ingeniosa y hasta para buscar una manera responsable de consumo.


Hay una interesante cultura del reciclaje y la reutilización que algunos proyectos de la Ruta del Vino han sumado a sus instalaciones. Como las paredes construidas con botellas de vino en Clos de Tres Cantos o el techo de Ariete, el restaurante de esta bodega, que está hecho de sarmientos, residuos de la poda de la vid. En Vinos Plata se le dió nueva vida a un par de contenedores marítimos para convertirlos en sala de degustación y entre los vinos que produce la bodega está Alpaca, un vino blanco envasado en lata de aluminio que es, por mucho, más fácil de reciclar y reutilizar que el vidrio.

 

Una tendencia muy marcada que los restaurantes de la Ruta del vino han seguido es la política del uso preferencial de los ingredientes locales. De esta manera la gastronomía de este lugar está activando la economía local al promover el consumo de los ingredientes que los ranchos productores de la región elaboran: hortalizas, hierbas, leche y quesos, codornices, conejo, lobina, borrego y cerdo, entre otros. Cuando hay una buena relación entre la comunidad de los productores y los cocineros, la calidad de los ingredientes mejora y también el cómo éstos lucen en el menú y en los platillos. Y con una comunidad que colabora entre sí las alternativas y estrategias agro-turístico-socioecológicas se pueden observar, compartir y adoptar más fácilmente. Muchos establecimientos de comida separan sus residuos orgánicos para procesar composta. Como muchos saben, el manejo de la composta es una alternativa saludable con el ambiente de manejar residuos: en vez de que estos generen gases tóxicos, bajo el proceso de composteo, le regresan el CO² al suelo.


Otro de los sitios que tiene una filosofía de trabajo amable con la naturaleza es el Hotel Contemplación. Aquí, el diseño del proyecto estuvo asesorado por Paula Pijoan, una promotora de la conservación de las plantas nativas de esta región. Con su ayuda las plantas nativas que se encontraban creciendo de manera natural en el predio del hotel, se incorporaron en el diseño de los jardines y áreas verdes del complejo formando un paisaje de formas, colores y aromas único y natural. Rincones muy instagrameables que estoy segura que no sólo a mí me obsequiaron algunas fotos. Pero, ¿de qué manera resulta benéfico usar a las plantas nativas en el proyecto de Contemplación? Para eso necesitamos saber cómo son las plantas nativas de esta zona.

 

La Ruta del Vino está dentro de los ecosistemas de matorral costero y chaparral. Estos  se caracterizan por tener un tipo de vegetación muy bien adaptada al clima de tipo mediterráneo que tenemos: seco la mayor parte del año con veranos muy calurosos; y húmedo sólo en inviernos, la temporada de lluvias. A diferencia de las plantas de jardín, que requieren de un riego constante, la vegetación nativa aprovecha para todo el año la poca agua que obtiene de las lluvias. En la búsqueda de estrategias para hacer un uso más sostenible del agua, Contemplación incluye a las plantas nativas en su diseño formando jardines e islas de vegetación nativa que pueden admirarse desde sus decks y puentes desde donde se puede admirar la belleza natural de la región. Las flores de estas plantas cautivan a la fauna polinizadora: abejas, mariposas y aves pequeñas se sienten atraídas por los aromas de la salvia y el romerillo silvestre, igualito que me atrajeron a mí durante el recorrido por los jardines. La salvia blanca, planta sagrada de la etnia kumiai, nativa de este valle, es tan abundante en este sitio que le dió nombre al restaurante del proyecto, Salvia Restaurante que cuenta, además, con su propio huerto del que se abastece su cocina.
 


Dentro del complejo, cada habitación cuenta con un baño biodigestor que no hace uso de agua corriente. Esta es una alternativa ecológica que separa los residuos y los mantiene secos y luego de ciertos tratamientos pueden reintegrarse al suelo o al composteo. El ahorro en el uso de agua por medio de este tipo de baño es sustancial y, para una región turística en crecimiento como esta parece hasta necesario. Sin embargo, como nos cuenta Paula Pijoan, no son muchos los negocios de la Ruta del Vino que están adoptando este tipo de estrategias ecológicas, aunque poco a poco se van sumando. También los consumidores de estos establecimientos necesitamos conocer el valor comunitario que tienen estas actividades, ya que al cuidar el agua en un negocio del valle, en realidad se está cuidando el agua de todos.

 

Hay muchas formas de informarse sobre la importancia del manejo del agua y de los proyectos agroecológicos en el valle de Guadalupe. Paula, por ejemplo, ofrece recorridos, talleres y asesorías al respecto y la puedes encontrar en redes sociales como Plantas Nativas de la Baja. También está la plataforma del Observatorio Guadalupe, que es una agrupación en la que científicos, productores de vino, restauranteros y pobladores unen sus conocimientos y experiencias para encontrar alternativas más sostenibles de producción. Y también, cada año, en las Fiestas de los Viñedos en Flor, organizadas por el Comité Provino, hay una serie de conferencias alrededor del tema de la agroecología a las que el público en general puede asistir sin costo.


Cuidar de la naturaleza en la Ruta del Vino no es tarea exclusiva de los productores de vino o de las personas que viven ahí. En esta visita que hice me di cuenta que como consumidora puedo observar quiénes están poniendo manos a la obra en cuanto a las estrategias que cuidan de los recursos naturales del valle que nos brindan belleza, esparcimiento y desarrollo económico. Estos esfuerzos parecen pequeños, casi individuales, pero conocerlos me ha ayudado a ser más consciente de mi propio impacto en la ecología de la ciudad y me invita a tener esperanza en que el desarrollo vitivinícola y turístico pueden tener un crecimiento en equipo con el medio ambiente,procurando un manejo del agua eficiente y promoviendo la conservación de la naturaleza, para el bien de toda la comunidad, tanto pobladores como productores, chefs, hoteleros, ciudadanos y visitantes.

Texto por @_amarian para el 1er Taller de Redaccion de Experiencias Gastronómicas.

Comentarios

  • Gibran
    mayo 5 a las 4:40 pm

    Woow me atrapo de principio a fin, excelente ! 😍

  • Marian M.
    mayo 6 a las 9:52 am

    Muchísimas gracias por todo. Por las correcciones que me hicieron y por las visitas que hicimos. 🤭 ¡Ya quiero que se abra otro taller!

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